Apenas el lunes concluyó la etapa para presentación de propuestas arquitectónicas. La propesta original de la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid fue descartada por su alto costo.
FOTOGRAFÍA Tomado de zaha-hadid.com
La construcción del estadio olímpico de Tokio 2020 comenzará a principios de 2017, pese a que aún no se ha seleccionado el diseño del recinto, anunció el lunes el Instituto japonés del Deporte.
Las nuevas instalaciones se construirán sobre el terreno que ocupó el estadio olímpico de Tokio 1964, que fue demolido hace un mes, y ocuparán unos 113,000 metros cuadrados, según desveló un portavoz del Instituto japonés del Deporte, Takakuni Ikeda.
Además, hoy concluyó el plazo para presentar las propuestas arquitectónicas y el costo de construcción del recinto olímpico, después de que el Gobierno nipón descartara el pasado julio el diseño de la arquitecta Zaha Hadid seleccionado inicialmente.
Las nuevas instalaciones se construirán sobre el terreno que ocupó el estadio olímpico de Tokio 1964, que fue demolido hace un mes, y ocuparán unos 113,000 metros cuadrados, según desveló un portavoz del Instituto japonés del Deporte, Takakuni Ikeda.
Además, hoy concluyó el plazo para presentar las propuestas arquitectónicas y el costo de construcción del recinto olímpico, después de que el Gobierno nipón descartara el pasado julio el diseño de la arquitecta Zaha Hadid seleccionado inicialmente.
El plan original de Hadid consistía en sustituir el Estadio Nacional, finalmente demolido, y construir uno nuevo con una capacidad de 80,000 personas y techo retráctil.
Las fuertes críticas a este proyecto por su elevado costo, que alcanzó el doble de lo presupuestado, su excesiva magnitud y su diseño poco adaptado al entorno dieron lugar a que el Ejecutivo japonés lo descartara.
Finalmente, el Gobierno nipón rebajó el aforo del nuevo estadio a 68,000 asientos fijos y aprobó un presupuesto de 155,000 millones de yenes (1,131 millones de euros), que sufragarán el Ejecutivo central y el de la ciudad de Tokio.
Las fuertes críticas a este proyecto por su elevado costo, que alcanzó el doble de lo presupuestado, su excesiva magnitud y su diseño poco adaptado al entorno dieron lugar a que el Ejecutivo japonés lo descartara.
Finalmente, el Gobierno nipón rebajó el aforo del nuevo estadio a 68,000 asientos fijos y aprobó un presupuesto de 155,000 millones de yenes (1,131 millones de euros), que sufragarán el Ejecutivo central y el de la ciudad de Tokio.
La polémica en torno a las instalaciones olímpicas alcanzó tal magnitud que el ministro nipón de Deporte, Hakubun Shimomura, y su director general, Kimito Kubo, dimitieron de sus cargos a finales del pasado mes de julio obligados por las críticas.
Además, el retraso acumulado en la construcción del nuevo estadio olímpico de Tokio también ha supuesto que el mundial de Rugby de 2019, cuya celebración iba a tener lugar en este recinto, tenga que cambiar su sede.
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