El CAM-SAM quedó excluido del Consejo Consultivo del nuevo organismo que inspeccionará la seguridad de las construcciones.
FOTOGRAFÍA Cortesía Flickr/Cyberghost2000
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) puso en marcha el Consejo
Consultivo del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, pero
dejó fuera del Consejo Consultivo al Colegio de Arquitectos de la Ciudad
de México (CAM-SAM).
En cambio, sí dio un lugar al Colegio de Ingenieros Civiles de México
(CICM) y a la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural (SMIE) en la
toma de decisiones del organismo, que estará encargado de vigilar la
estructura de los edificios en proceso o en riesgo de la capital del
país.
Rafael Calderón, secretario de la Comisión de Desarrollo e
Infraestructura Urbana de la Asamblea Legislativa del DF (ALDF),
enfatiza que la conformación del nuevo Consejo parece un órgano a modo del jefe de Gobierno, para validar sus instrucciones.
“Si no estamos atentos se pueden dar hechos como los del Consejo de Publicidad Exterior,
que se ha visto opacado por actos donde se favorecen a los que integran
dicho Comité o en su defecto sólo se generará mayor burocracia”,
agrega.
“Es imposible separar un proyecto arquitectónico de su estructura, es
como querer sacarle su esqueleto a un cuerpo humano y analizarlo de
manera totalmente independiente cuando es una situación integral”,
advierte Arturo Aispuro, presidente del CAM-SAM.
Explica que no tiene ninguna lógica "excluir" a los arquitectos de un
Consejo para garantizar la seguridad de las construcciones en la
Ciudad de México. “Los propios arquitectos fundamentalmente son los que
conciben las edificaciones y la estructura que llevan como parte
intrínseca del proyecto arquitectónico”, asegura.
Para el ex titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda
(Seduvi), la tarea más importante de los gremios es coadyuvar con las
autoridades en temas tan importantes como la seguridad de la metrópoli.
A juicio de Franco Bucio, director técnico del Organismo Nacional de
Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE),
es indispensable contar con la opinión calificada de los arquitectos,
por lo que el Consejo tiene la oportunidad de invitarlos de forma
permanente.
Pese a la marginación del CAM-SAM, el especialita opina que se ha
dado un primer paso para garantizar la revisión estructural de inmuebles
en riesgo.
Desde el punto de vista de Luis Fernando Pichardo, vicepresidente
de la Asociación Mexicana de Directores Responsables y Corresponsables
de Seguridad Estructural (Amdroc), Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del
DF, ha logrado un avance, pero el Instituto en sus términos actuales
sigue siendo “inoperante”.
“Es importante que las instancias gubernamentales tomen más en cuenta
a los Colegios, porque ahí están concentrados la mayor parte de los
profesionales a su disposición, para una mejor orientación y evitar lo
que sucedió con la aprobación de la ley, que en un principio tenía
muchos errores”, afirma.
Aispuro señala que es de la mayor importancia para el gremio de los
arquitectos contribuir con el propósito del gobierno de la ciudad. “No
tenemos necesidad alguna de hacerlo si no somos invitados, consultados o
convocados”, argumenta.
Precisa que aún hay tiempo para mejorar el funcionamiento del
Instituto, por lo que si el gobierno de la ciudad encamina los trabajos
bajo una dirección viable, el gremio de los arquitectos no sólo lo
respaldará, sino que seguirá contribuyendo con su participación y
opinión.
Detalla que en caso de ser ignorados enviarán las observaciones y
recomendaciones al respecto, “incluyendo el hecho de que por supuesto
nos incluyan en nuestro quehacer profesional, que son las edificaciones
en la ciudad”.
El Génesis del conflicto
Tras dos años de la aprobación de la Ley del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, dio el primer paso con la instalación del Consejo Consultivo de dicho Instituto.
Tras dos años de la aprobación de la Ley del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, dio el primer paso con la instalación del Consejo Consultivo de dicho Instituto.
“No basta con tener solamente disposiciones reglamentarias,
corresponsables o directores de obra. Se requiere una institución de muy
alto nivel que garantice que lo que la norma dice se va a llevar a
cabo, que tenga la calidad técnica, la especialización como para una
tarea tan delicada”, dijo el mandatario local.
Aseguró que para la integración del Consejo se revisó con “rigor” a
las autoridades y las instituciones más prestigiadas del país, puesto
que el propósito es cuidar la calidad estructural de las edificaciones
del DF.
Actualmente, el nuevo organismo no cuenta con oficinas ni recursos
para operar. De hecho, desde su aprobación, en la ALDF), en 2010, ha
vivido un proceso tortuoso para su creación:
En primer lugar vinieron los señalamientos de los especialistas por la aprobación fast track de los
legisladores del Partido de la Revolución Mexicana (PRD), y sin la
observación del CAM-SAM, el CICM y la SMIE. Después se sumó la carencia
presupuestal del gobierno capitalino y la adecuación de aspectos
jurídicos.
Pese a ello, el 5 de noviembre del año pasado el gobierno de la
ciudad publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal (DF) la ley que
crea el Instituto.
Desde su publicación ha permanecido como un ente de “papel”, afirma
Luis Fernando Pichardo, vicepresidente de la Asociación de Directores
Responsables y Corresponsables de Seguridad Estructural del CAM-SAM.
No obstante, ese lapso ha sido aprovechado por los especialistas de
ambos Colegios para hacer modificaciones que garanticen la vigilancia
estricta del Instituto sobre los proyectos de gran envergadura de la
Ciudad de México.
Una de las principales reformas al organismo fue la de eliminar la
vigilancia de los DRO`s y dejarla exclusivamente a los Corresponsables
de la Seguridad Estructural del DF, explica Pichardo.
Añade que aún hay cambios por venir, porque la Consejería
Jurídica del DF tiene la instrucción de ‘acotar’ la revisión a los
edificios, denominados de tipo A y B1, que contarán con una amplia
concentración de personas como escuelas, hospitales y centros
comerciales, entre otros.
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