El plan maestro -diseñado por el arquitecto italiano Renzo Piano- se ubica dentro de los perímetros del campus Mornigside Heights, el cual fue diseñado en 1897 por McKim, Mead and White, el mismo despacho estadounidense que proyectó el Ala Oeste de la Casa Blanca en Washington, la Biblioteca Pública de Boston y la estación Pensilvania de Nueva York.
La institución educativa detalla que el complejo prevé la construcción de áreas verdes y espacios públicos; accesos a las zonas residenciales del oeste de Harlem y a los muelles, así como la construcción de zonas comerciales, restaurantes y espacios culturales, lo que impulsará el crecimiento de los pequeños negocios de esa zona.
En el largo plazo, el plan también contempla la edificación de nuevos edificios para la Escuela de Relaciones Internacionales y Asuntos Públicos, y en la Escuela de Artes.
Actualmente, el campus de Manhattanville (como se le conoce) ya cuenta con una estructura de 14 pisos distribuidos en una superficie de 17,500 m2 destinado a la Escuela de Ciencias. El edificio fue diseñado por el arquitecto español José Rafael Moneo, en colaboración con los despachos neoyorquinos Moneo Brock y Davis Brody Bond Aedas.
Rafael Moneo es el único español que ha sido galardonado con el premio Pritzker de arquitectura (1996). En su diseño, el arquitecto se ajustó a los lineamientos del plan maestro de 1987 para el campus, edificando la nueva estructura sobre el Gimnasio de la institución, mismo que ahora ocupa la mayor parte de la planta baja.
La Escuela de Ciencias cuenta con 4,180 m2 de espacio para laboratorios de física, química y biología, así como 1,860 m2 de espacio para salones, oficinas y áreas de alumnos. La biblioteca tiene 1,200 m2, un auditorio para 170 personas, un café público y entrada directa al gimnasio.
Los laboratorios se distribuyen a lo largo de siete pisos de doble altura, en tanto que la biblioteca fue diseñada como un espacio libre de columnas que se ubica en el nivel intermedio entre el gimnasio y los laboratorios.
Las fachadas que dan a la calle cuentan con patrones de diagonales y "aletas" de aluminio que crean un mosaico de luces y sombras. La fachada que da al campus incorpora cristal a las paredes, a fin de ver los trabajos que se realizan en su interior. Cuando se ocupe en su totalidad, el nuevo edificio permitirá a los estudiantes trabajar en 21 laboratorios dedicados a diferentes especialidades.
Las primeras áreas de investigación que aprovecharán las nuevas instalaciones son las de nanotecnología, física molecular, química, biofísica, bioquímica y química sintética. Algunas de estas investigaciones se enfocarán a entender mejor la pato-fisiología de la epilepsia y los mecanismos que generan la muerte de células en casos de cáncer y la degeneración neurológica.
El próximo paso para la universidad de Columbia será dar seguimiento a la construcción de la Escuela de Negocios, proyecto diseñado por el despacho estadounidense Diller Scofidio + Renfro.
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