Los países más afectados por la crisis han perdido capacidad económica, pero también han empeorado las condiciones en otros ámbitos como la atención sanitaria o la educación. Las mujeres y los niños, en especial las niñas, son los grupos más afectados. El panorama es desolador. "Al decaer los envíos de dinero, el comercio se colapsa", describe el PNUD, "y cada vez más familias se sumergen en la pobreza extrema". Aumenta, por si fuera poco, la tasa de mortalidad.
Ecuador, Jamaica, Bangladesh o Sudán son algunos de los países más vulnerables. La situación de crisis económica les ha afectado en especial a ellos, porque su estructura económica ya estaba debilitada con anterioridad. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) les ayuda a salir de esta situación.
El pasado mes de marzo, este organismo pidió a los líderes del G-20 que protegieran a los países vulnerables. Hablaba de crisis de desarrollo humano, además de económico. Incluso pronunciaba la palabra "catástrofe" para referirse a la situación que podría darse en los países más pobres del mundo si esta tendencia no se rompe. Algunas regiones se enfrentan a una situación de caos si no se toman a tiempo las medidas oportunas.
Los países más afectados por la crisis han perdido capacidad económica, pero también han empeorado las condiciones en otros ámbitos como la atención sanitaria o la educación. Las mujeres y los niños, en especial las niñas, son los grupos más afectados. El panorama es desolador. "Al decaer los envíos de dinero, el comercio se colapsa", describe el PNUD, "y cada vez más familias se sumergen en la pobreza extrema". Aumenta, por si fuera poco, la tasa de mortalidad.
Estrategias para salir de la crisis
Cada país ha puesto en marcha su propia iniciativa para mejorar el desarrollo económico. La agricultura y la ganadería son la base de la mayoría, pero cuentan con los ciudadanos como motor principal.
•Ecuador
Ocupó el puesto 72 entre los 179 países a partir de los que se elaboró el Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2008. Cuatro años antes había logrado el puesto 87. Ecuador está a medio camino. En 2006, la comunidad de Cantón Cevallos, en el centro del país, apostó por la producción tecnificada de porcinos y cuyes, "un manjar apreciado entre los pueblos andinos de América del Sur desde la civilización Inca". En total, un centenar de familias se benefician de este programa, que no sólo es una fuente de ingresos, sino también de nutrientes.
Hasta entonces, el motor económico de la comunidad era la agricultura, pero la caída de cenizas del volcán Tungurahua destruyó los cultivos y estropeó la tierra. Hubo que reorientar los esfuerzos hacia nuevas alternativas. Se crearon centros de capacitación para 22 asociaciones de productores, donde los nuevos ganaderos aprendieron técnicas de manejo reproductivo, sanitario y alimenticio de los animales. En la actualidad, el 70% de la producción de cuy está a cargo de pequeños y medianos criadores y todavía un 20% de los cuyes consumidos son importados de países vecinos.
•Jamaica
Los microcréditos son la solución para numerosos negocios pequeños. En Jamaica, un proyecto implantado en la capital, Kingston, es el trampolín para decenas de familias. El país ocupa el puesto 87 en el IDH. Muy afectado por la crisis económica, matiza el PNUD, los microcréditos son una ayuda eficaz. Desde enero de 2008 a enero de 2009, las exportaciones han bajado un 13%, las remesas de dinero enviadas desde el extranjero han disminuido un 10% y el turismo ha caído un 5%.
Machel Stewart, especialista del Programa de reducción de la pobreza del PNUD en Jamaica, defiende el microcrédito en tiempos de crisis "porque ayuda a mantener las pequeñas empresas" y evita que se pierda empleo o, en todo caso, sirve de alternativa a quienes ya han perdido su trabajo pero quieren comenzar un nuevo negocio, "una oportunidad de reinventarse".
•Bangladesh
Es uno de los últimos: puesto 147. Pero su aportación para hacer frente a la crisis destaca por ser una de las iniciativas más originales, "Alianzas Urbanas para Reducir la Pobreza". Están en funcionamiento en el distrito de Narayanganj, en la parte central, y en otras 22 poblaciones y ciudades. Es una de las propuestas más recientes (desde 2007) e innovadoras. Se apoya en grupos de ahorro y de planificación comunitaria que, a través de comités, deciden dónde invertir el dinero.
Las comunidades tienen la última palabra: "Los habitantes de Narayanganj deciden qué alcantarillas quieren cubrir, dónde necesitan nuevos pozos y qué letrinas tienen que ser reemplazadas". Hasta 10 millones de personas pobres se benefician del programa. "Esto se traduce en más oportunidades, en un mejor entorno de vida y en un comienzo más firme del futuro", confía el PNUD.
•Sudán
Justo por delante de Bangladesh: en el puesto 146. El Programa de Recuperación y Rehabilitación, iniciado en 2005 y que concluirá en 2010, ha permitido un proyecto de granjas comunitarias. El éxito ha sido posible gracias a la coordinación de los propios vecinos, organizados en asociaciones de desarrollo. La instalación de un sistema de agua ha impulsado la agricultura y nuevos negocios relacionados con este sector.
Seguro para reducir la pobreza
La agricultura y la ganadería dependen del clima. Cuando las lluvias torrenciales o las sequías estropean el suelo, las cosechas se pierden y el ganado no tiene qué comer. Un nuevo instrumento intenta impedir estas consecuencias. El seguro de índice paramétrico ha surgido para gestionar los riesgos asociados con el clima en los países en desarrollo. El Foro Humanitario Global (GHF), organizado en Ginebra a finales de junio, sirvió de escenario para presentar un Informe acerca de los beneficios de esta póliza ("El seguro paramétrico y el riesgo climático: perspectivas para el desarrollo y la gestión de los desastres").
El presidente del GHF, Kofi Annan, subraya en el prólogo que este seguro "puede ser la respuesta a algunos de los problemas más obstinados que enfrentan los pobres y los vulnerables". Un clima desfavorable arrasa las cosechas y limita el desarrollo. Pero esto no siempre se puede predecir.
El seguro paramétrico quiere responder a los riesgos asociados a la climatología mediante un índice climático que determina cuándo se concede una indemnización. No se comprueban los daños "in situ", sino mediante parámetros como el nivel de precipitación. Cuando se exceden unos límites mínimos o máximos acordados, la compañía paga. Los intentos para poner en marcha esta póliza, de momento, no han dado buenos resultados. Ahora se estudian sus puntos débiles y principales obstáculos para darle un nuevo impulso.
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