Para que una empresa sobreviva necesita cambiar. No se trata de decir "adiós", sino de darle la bienvenida a nuevas ideas.
Renovarse o morir: quizás una de las ‘leyes’ de negocios más conocidas por los emprendedores. Sin embargo, no todos la llevan a cabo y no son pocas las empresas que han fracasadopor quedarse ‘dormidas en sus laureles’ o por cerrarse a cambiar.
Hace una semana paseaba en bicicleta por el Bosque de Chapultepec junto a mi hermana. Entre los mares de puestos (desde el pintacaritas hasta los vendedores de toda clase de garnachas y antojitos) vimos a un solitario ‘autoempleado’ informal. De todos los puestos instalados ese domingo en la mañana, el único que no estaba abarrotado de gente era el suyo. Nos acercamos para ver lo que vendía: cámaras instantáneas, pilas y rollos. Mi hermana volteó a verme y me dijo “¿Quién compra eso?”. Ciertamente, la respuesta es nadie.
Hoy en día, además de las increíbles cámaras digitales, casi todos los teléfonos celulares tienen cámara incluida (aunque sea de pésima definición). ¿Y quién tomaría fotos para después ir a un centro de revelado -si es que todavía existe alguno- sólo para descubrir que la mitad de sus imágenes salieron borrosas? Nuevamente, la respuesta es nadie. Y es que un negocio que hace algunos años probablemente fue un éxito, en la actualidad es el puesto menos rentable de la entrada al zoológico de Chapultepec.
Esto me llevó a pensar que el caso del vendedor ambulante no fue distinto a lo que le ocurrió a Kodak. La firma pionera en la industria fotográfica fue creada hace más de 130 años y durante mucho tiempo fue el líder del mercado. Sin embargo, su falta de visión e interés en renovarse llevó a la compañía que alguna vez fue un gigante a declararse en bancarrota hace poco más de un año. Sí, por mucho tiempo dictó tendencias y realizó las innovaciones de la industria; pero cuando la era digital empezó a permear en los consumidores, sus competidores fueron más rápidos y astutos.
El caso de Kodak no es para nada el único de grandes corporativos que se durmieron en sus laureles. Lo mismo le ocurrió a Blockbuster (golpeado sin remedio por los servicios en línea como Netflix), a Mexicana, y algunos decían que sería el terrible destino de Microsoft si no aprendía a ‘mutar’ hacia el mundo mobile (aunque aún está a tiempo de recuperar parte del mercado tecnológico).
¿A qué se debe esto? Simplemente al hecho de que en los negocios, como en cualquier ámbito, la única constante es el cambio. Los tiempos cambian, la tecnología cambia, los consumidores y sus necesidades cambian. Y, por tanto, tú también debes cambiar. Así de simple.
No es sencillo dar este paso; de hecho, puede resultar bastante doloroso. Requiere de un cambio de mentalidad y hasta de una modificación en los hábitos, los productos, la forma de dirigir a un equipo, las estrategias de marketing, e incluso, de las instalaciones. Pero no hay duda: es el único camino para sobrevivir.
Por ejemplo, la revista Newsweek Global, una de las publicaciones más icónicas de Estados Unidos con casi 80 años de presencia en el anaquel, en octubre pasado anunció que publicaría su última edición empresa. A partir de entonces, sólo estaría disponible en formato online. "Estamos haciendo una transición a Newsweek, no diciéndole adiós", dijo Tina Brown, editora en jefe de la revista.
Y ésa es la misma mentalidad que debe tener un emprendedor, especialmente uno que se desenvuelve en el dinámico siglo XXI. No se trata de un “adiós”, al menos no de uno definitivo, sino de atreverse a darle la bienvenida a nuevas cosas. En realidad, para evitar la despedida es necesario estar abierto a cambiar, a transformarse, a mutar. Finalmente no es una empresa la que hace al empresario, sino el empresario el que hace a la empresa.
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