La inteligencia y los pulpos

Juzgar la inteligencia por el tamaño del cerebro no es descabellado, pero tampoco es el método más eficaz para hacerlo.

Evidentemente, un animal con un cerebro del tamaño de una nuez será menos inteligente que uno con el tamaño de un melón. Sin embargo, cuando las diferencias en tamaño no son tan grandes, entran en juego otros factores, como el número de neuronas y de conexiones.

Sí, cerebros más pequeños pueden contener más neuronas que cerebros más grandes. Depende del tamaño de las neuronas y del número de sinapsis (conexiones) entre ellas. Pero hay un cuarto factor: La encefalización, que es la relación entre el tamaño del cuerpo y el tamaño del cerebro. Así pues, una ballena (9kg de cerebro) y los elefantes (4.2 kg de cerebro) deberían ser más inteligentes que los humanos (1.35 kg de cerebro), pero no lo son pues sus cerebros están compuestos por neuronas más grandes, menor número de conexiones y buena parte del poder cerebral está dedicado a controlar sus enormes cuerpos.

De hecho, el número de neuronas en la corteza cerebral del hombre es de 11,500 millones, mientras que el elefante, con su enorme cerebro tres veces más pesado que el nuestro, tiene 11,000 millones. El delfín tiene un cerebro de tamaño idéntico al nuestro pero solo tiene 5,800 millones de neuronas (la mitad), aunque posee una buena cantidad de conexiones por lo que esto lo convierte en el segundo animal más inteligente en la Tierra.

Tomando en cuenta las variables previamente mencionadas, parece que la lista va como sigue:

1. Humano 70
2. Delfín 67
3. Chimpancé 65
4. Elefante 64
5. Gorila 63
6. Mono/Caballo 57
7. Gato 53
8. Perro 52
9. Rata 41
10. Ratón 38

¿Y el pulpo?

Nuestro amigo el pulpo no aparece en la lista por una serie de factores: Aunque tiene un cerebro grande y complejo y una relación cerebro/cuerpo favorable, que puede resolver problemas relativamente complejos y que desarrollan una personalidad individual, su cerebro es de una clase completamente diferente, ya que dos quintas partes se encuentran en la cabeza y las tres quintas partes restantes están localizadas de forma homogénea en los tentáculos, lo cual hace difícil entender cómo funciona su cerebro, o “sus cerebros”. Además, si a un pulpo le cortan un tentáculo, este crecerá de nuevo y desarrollará un cerebro como el que tenía anteriormente en ese tentáculo.

El hallar un cerebro tan grande y tan distinto en un invertebrado es algo que nos hace pensar, debido a su rareza, que debe tratarse de un tipo de inteligencia muy diferente a la nuestra. Es poco probable que la misma pueda compararse con la de un ser humano, pues el pulpo tiene 130 millones de neuronas contra las 11,500 millones que tenemos nosotros.

Los expertos ubican la inteligencia del pulpo entre la de un perro y la de un gato, pero no hay consenso al respecto (aún). Esto, debido a que es difícil entender cómo funciona el cerebro de un no-mamífero y a que la arquitectura de su sistema nervioso es tan extraña. Se desarrolló por por caminos evolutivos muy diferentes al nuestro y, probablemente, posee habilidades cognitivas distintas, por lo que es posible que las pruebas de inteligencia comunes y corrientes no reflejen su verdadera capacidad intelectual.

Los mamíferos tenemos una estructura cerebral muy parecida. Aunque con diferencias, poseemos elementos comunes o análogos en nuestro cerebro por lo que el razonamiento sigue caminos semejantes. El cerebro de un pulpo es tan distinto que probablemente su forma de “pensar” sea completamente ajena a la nuestra y a la de los demás mamíferos y no pueda medirse con los mismos instrumentos.