Dentro de la provincia de Fujian
(China), existe algo que podríamos denominar un “mundo perdido”, se
trata de una zona que ha conservado, gracias a su inaccesibilidad, unos
elementos, cultura, rasgos, tradiciones y construcciones sorprendentes,
se trata del condado de Yongding.
Este lugar ha sido habitado por diferentes etnias, entre las que tenemos que destacar a los Hakka.
En este punto centramos el contenido de
la entrada, ya que esta comunidad se caracteriza por la construcción de
unos curiosos edificios de viviendas: circulares, rectangulares o
cuadrados, incluso existe alguno ovalado, en torno a los cuales se
organizan los miembros de dicha étnia.
Estas peculiares construcciones de tipo amurallado y diseño funcional merecen sin duda ser visitados: se trata de los Tulou.
Los Tulou pueden llegar a tener entre
tres y cinco pisos y dar cobijo a unas 80 familias, además dentro de
ellos podemos encontrar espacios comunes como zonas de estar, almacenes,
pozos, bibliotecas comunitarias y espacios donde procesar la basura
generada.
El ganado y gallinas se dejaban en el
patio y en los pisos inferiores junto con la cocina. El primer piso se
empleaba como almacén y las plantas superiores eran las viviendas.
Estas viviendas rurales tienen como
base unas gruesas paredes de adobe, algunas de un metro de ancho,
hundidas profundamente para evitar la realización de túneles, que
soportan el peso de todas las estructuras de madera que las conforman,
no hay en ellas ni una pizca de cemento. Rematadas por tejados con
grandes aleros, son abundantes en las zonas de montaña en el sureste de
Fujian.
Las paredes de estas “casas de tierra”
tienen una peculiar composición, tierra mezclada con arena fina, arroz
glutinoso, limón, azúcar morena, bambú y madera, mientras para el techo
se utilizaron azulejos quemados por el fuego para hacerlos mas
duraderos.
Otra singularidad es que se han mostrado extremadamente resistentes ante los terremotos.
Los Tulou se caracterizan por ser
viviendas cerradas al exterior, como marca la tradición china, se podría
definir como una especie de muralla con viviendas y un patio común en
el centro, con una sala para realizar ceremonias. La necesidad de
amurallar estas construcciones nació a partir del siglo XII, ya que eran
numerosos los bandidos armados que merodeaban por el sur de China.
Estas edificaciones de tierra además se
caracterizan porque solo presentan una puerta exterior, generalmente
una puerta gruesa de madera, reforzada por una lámina de hierro, una
muestra más de su caracter defensivo. Algunas de ellas incluso presentan
en su parte superior agujeros para la utilización de cañones.
En la siguiente gráfica podemos ver los distintos tipos de tulous:
Pero lo más curioso de estas
edificaciones no radica solo en su construcción, resulta interesantísimo
el sistema de convivencia comunitario que poseian, llegando a
denominarse “pequeños reinos familiares” o “pequeñas ciudades
prósperas.
En los tulou todos los residentes son
“iguales”, no existe ningún tipo de jerarquía social. Todas las
habitaciones tienen el mismo tamaño y la misma calidad de materiales,
similar decoración exterior y el mismo estilo de puertas y ventanas.
Aunque austeros en su exterior, solian decorar de forma ostentosa el
interior de las viviendas.
Los Tulous, eran ocupados por un clan
familiar durante varias generaciones, aunque algunos podian tener más de
un clan en su interior. Cada habitación, era asignada a un miembro
masculino de la familia, es decir cada hijo varón configuraba una nueva
rama. Dentro de la comunidad las tareas se iban rotando de forma
temporal entre cada una de las ramas de la familia. Los tulous
funcionaban, y aún funciona, como una granja comunal.
Si un clan aumentaba hasta superar el
espacio de un tulou, se incorporaba un nuevo anillo concéntrico
exterior, o se construía un nuevo tulou adosado, y los clanes
continuaban juntos.
En el 2008 la UNESCO incluyó los Tulou
de Fujian (46 edificios en total) en su lista de Patrimonio Mundial, por
ser “un ejemplo único de asentamientos humanos, con una tradición
constructiva y funcional basados en un modelo de vida comunitaria y
organización defensiva, en armonía con el medio ambiente circundante
Esta curiosa forma de vida hace que los
Hakka sean considerados como los ciudadanos más hospitalarios y
amigables de todo China. Actualmente algunas de estas familias abren su
Tulou a visitantes y se pueden alquilar habitaciones por unos 100
yuanes.
Para finalizar comentar que estos
curiosos edificios se convirtieron en protagonistas de una “particular
anécdota” al final de la Guerra Fría. En 1986, Ronald Reagan, el
entonces presidente de EEUU, envió sus satélites espías al sur de China y
estos captaron imágenes de lo que el Pentágono interpretó como “cientos
de silos para misiles en medio de las montañas de Fujian”.
Inmediatamente la Defensa estadounidense envió a agentes de la CIA a la
zona, ante el temor de que la ‘China Roja’ estuviera preparando un
ataque nuclear. “No eran misiles, tontos, ¡era barro!”, cuentan que
señalaron los espías a su regreso a Washington.
En la siguiente página encontrareis información más detallada sobre estas construcciones:
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