El británico de 44 años encabeza el equipo de diseño de Apple desde mediados de la década de 1990.
El diseñador industrial construyó una sólida tradición en la empresa
al promover productos elegantes y con estilo, con esquinas redondeadas,
pocos botones, superficies de aluminio cepillado y mucho vidrio pulido.
En 1992, mientras Jobs seguía en el exilio de 12 años de Apple, el
entonces director de diseño de la compañía, Robert Brunner, contrató a
Ive como diseñador. Brunner partió en 1996 y sugirió que Ive asumiera el
cargo, a pesar de que sólo tenía 29 años.
Cuando Jobs regresó a la firma y se convirtió en director interino en 1997, nombró a Ive vicepresidente de diseño industrial.
Con Jobs de nuevo al timón y Ive como su gurú de estilo, Apple se
centró en el diseño y asestó un golpe comercial que puso a la compañía
de nuevo en marcha. Ive ayudó a Jobs a rescatar a Apple del borde de la ruina financiera con el diseño de la computadora iMac.
La apuesta sacudió a la industria de los computadores personales en 1998 con los modelos con forma de un televisor futurista de colores brillantes en momentos en que el mundo de las PC era dominado por los tonos suaves. Se vendieron 150 mil en su primer fin de semana. Apple vendió 800 mil iMacs a finales de ese año.
El iMac cambió el concepto de las computadoras personales y de la propia Apple entre los consumidores.
Más tarde, con Ive a cargo del diseño, Apple introdujo el primer iPod en 2001, el iPhone en 2007 y el IPad en 2010.
En los últimos años, la compañía abandonó en gran parte la
paleta de colores brillantes (aunque todavía se puede encontrar en
algunos iPods) a favor de los tonos negro, blanco y plata.
Sin embargo, sus productos conservan la sencillez que los hizo
accesibles a todo el mundo, así como sus curvas, superficies brillantes y
aspecto lujoso.
"Él no fue el responsable de ellos, pero definitivamente no se podrían haber creado sin él", dijo Leander Kahney, quien escribió sobre Apple en varios libros y en su blog, Cult of Mac ("El Culto a Mac").
Seis de las obras de Ive, entre ellas el iPod original, incluso forman parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
Ive y Jobs trabajaron de la mano y, en muchos aspectos, contribuyeron
a un éxito recíproco. Ive siempre estuvo en contacto con Jobs, habla el
mismo idioma que él y tienen una química evidente, dijo Paola
Antonelli, curadora principal de arquitectura y diseño del MoMA.
Don Norman, quien trabajó en Apple en la década de 1990 como
vicepresidente del grupo de tecnología avanzada, dijo que aunque Ive
tenía buenas ideas de diseño "sentadas en los estantes", necesitó de Jobs para conseguir que esos diseños se volvieran realidad.
"Jony siempre ha sido Jony: brillante", dijo Norman. "Lo que necesitó fue un Steve Jobs que le dijera «Hagámoslo realidad»", agregó.
Tras la reciente dimisión de Jobs como director, Apple deberá
demostrar que puede seguir produciendo productos innovadores, incluso
sin su carismático líder. En muchos sentidos, la verdadera presión de
Apple recaerá sobre Ive, quien deberá seguir contribuyendo para que
continúe la serie de éxitos de la compañía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario