El recinto, situado en la colonia Roma de la Ciudad de México, fue fundado en 2011, y pretende promover el gusto por el diseño en el país, mediante materiales de diseñadores mexicanos y extranjeros.
‘Elements’ está integrada por “piezas de calidad suiza fabricadas en México”, explica Le Moigne. Añade que es una colección de muebles y estanterías realizadas en aluminio doblado, los cuales tiene un carácter simple y elegante.
Los acabados y el material elegido apoyan la estética de las piezas y les otorgan funcionalidad y durabilidad.
Los objetos son atractivos por lo vivo de sus colores, principalmente colores primarios, además de que tienen limpieza visual y elegancia, características típicas del diseño contemporáneo.
En cuanto a su versatilidad, están diseñados en pequeños módulos y brindan al usuario la posibilidad de acomodarlos y adaptarlos a cualquier espacio y para cualquier uso.
El origen
Le Moigne ingresó en 2001 a la Ecole Cantonale d´Art de Lausanne, en Renens, Suiza; se graduó en 2005 e hizo un master (2007). Posteriormente fue contratado como profesor de diseño industrial en la misma escuela. Su formación lo llevó a trabajar durante sus primeros años para la industria del diseño de mobiliario.
A partir de su colaboración con Eternit, empresa suiza de materiales para la construcción, diseñó una serie de bancos y mesas titulados “trash cube”, producidos con desechos de la fabrica. En 2008, la galería Libby Sellers de Londres le pidió que hiciera, para su exposición, una edición limitada de una de las piezas del proyecto de Eternit.
Para Le Moige, la diferencia de trabajar con industrias y galerías no sólo es la producción en serie de los objetos, sino la forma en la que los desarrolla.
“Aunque uno diseñe para una galería sigue siendo diseño y debe de haber funcionalidad atrás del objeto diseñado”, cita Le Moigne.
“Cuando trabajas para una galería lo haces de una forma mucho más experimental… las imperfecciones son un plus, es lo que hace a la pieza única. En cambio, el mundo de la industria es un mundo de perfección y funcionalidad y eficiencia; son dos mundos muy distintos, pero me gusta combinarlos”.
Por eso, Le Moigene considera que el límite entre el arte y el diseño es la funcionalidad. “Cuando diseño, yo no trato de salvar al mundo, no trato de dar un mensaje, yo soy sólo un diseñador, creo que cada parte del diseño de un objeto es objetivo, yo te puedo explicar por qué elegí un material, por qué elegí un tamaño especifico”.
“Yo nunca me he considerado artista, a pesar de que todo el mundo me llama de esa manera, yo me considero una persona bastante practica y eso se debe a mi formación previa como deportista, ahí aprendí a ser muy dedicado y eficiente”. Esta filosofía de trabajo es la que trata de transmitirle a sus alumnos el diseñador.
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