Los 25 mil fans que asistieron al parque Candlestick en San Francisco aquel 29 de agosto de 1966 no tenían idea de que por aquellos cinco dólares que habían pagado por la entrada, sería los privilegiados en ver la última presentación de la banda más grande de la historia.
No fue anunciado como un concierto de despedida y quizás les faltó pomposidad. Era la cuarta gira por Estados Unidos, y a pesar de que ellos sí sabían que se trataba del fin, los seguidores de John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison no imaginaban que los verían estar por última vez juntos sobre un escenario.
Los Beatles comenzaron con el tema “Rock And Roll Music” de Chuck Berry y 33 minutos después dieron por finalizada la presentación tras una versión propia de “Long Tall Sally” de Little Richard.
Once temas interpretaron aquel día, entre ellos “Yesterday” y “I Feel Fine”, antes de despachar a los fans en el estadio californiano. No hubo contacto directo con las histéricas adolescentes, eso ya lo habían negociado con el promotor de la gira. Con una limusina blindada, los Cuatro Fabulosos fueron trasladados de inmediato del escenario al aeropuerto.
“Podíamos reconocer las canciones pero no se comprendían los textos”, recuerda Paul August de Oakland. “Sólo se escuchaban los gritos de las seguidoras. Era una histeria total”, agrega al diario San Francisco Chronicle.
“Yo presentí que ahí se terminaba todo. Así no podíamos salir nuevamente de gira”, revelaría tiempo después George Harrison en una entrevista. “Yo sólo pensé que era una liberación no tener que seguir con esa locura”, señaló el músico, quien falleció en 2001.
La última gira mundial de los Beatles no había comenzado con buenos augurios. En julio, en las Filipinas se registraron serios tumultos después de que la banda rechazara una invitación a ese país de la presidenta Imelda Marcos. Mientras, en Estados Unidos, John Lennon enojó a fans y críticos con su comentario de que los Beatles eran más conocidos que Jesús. El “affaire Jesús” provocó la quema de discos de vinilos y amenazas de muerte a los músicos.
Los Beatles sabían que la presentación en San Francisco iba ser la última, insinuaron después los críticos. McCartney grabó el concierto y Lennon sacó fotos sobre el escenario de aquel momento histórico.
Al regresar a Gran Bretaña, los cuatro se encerraron en su estudio de grabación. En su libro “Summer of Love”, el productor de la banda George Martin cuenta que los músicos se preguntaron: “Por qué no hacemos un álbum que parezca un show y lo mandamos de gira, en vez de ir nosotros”. Así, la “Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band” debía ser el doble de los Beatles. En junio de 1967 salió el disco a la venta y enseguida se convirtió en un hit.
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