El sistema ancestral Feng Shui presenta ahora una llamativa novedad: el cubo Feng Shui. El mismo se conforma en un gran dado de dos ambientes colocados de manera diagonalmente opuesta, donde una de ellas se constituye como un dormitorio y, la otra, como una sala de estar, donde cada cual puede otorgarle el uso que desee.
La novedosa aparición del cubo Feng Shui es una clara evidencia de cómo situar el área de descanso en las cercanías de aquella del trabajo, donde el pasaje de una a otra requiere del menor tiempo perdido posible.
Sin embargo, pese a su versatilidad, la cual le permite, gracias al poco espacio que representa, situarse en casi cualquier lugar, el cubo Feng Shui no resulta aún un éxito masivo. Es que carece de decoración alguna y, por sus limitadas extensiones, es a su vez un sitio falto de confortabilidad como así también de luminosidad.
No deja de resultar sorprendente el aprovechamiento de espacio para colocar, en un mismo cubo, dos habitaciones que casi todo lo representa; ya que mientras en una de ellas se descansa, en la otra se hace. Pero, a su vez, puede implicar un encierro demasiado para aquellas personas acostumbradas a desenvolverse en dimensiones más extensas, propias del tamaño que una casa con habitaciones puede brindar.
Lo cierto es que el cubo Feng Shui se presenta como una alternativa y, aunque no se preocupe por temas como el confort o el lujo, puede llegar a significar una interesante opción para quien esté tras la búsqueda de un lugar compacto. Como se sabe, sobre gustos no hay nada escrito.
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