La llegada de la Navidad y
el Año Nuevo transforman el paisaje urbano de algunas ciudades, con
luces, pistas de hielo o gigantescos árboles.
FOTOGRAFÍA Tomado de Flickr/Tommy Brison
La llegada de las fiestas
decembrinas cambian radicalmente la fisonomía urbana de ciudades como
París, Nueva York, Viena, Río de Janeiro y Moscú, mediante luces, pistas
de hielo, fuegos artificiales y árboles gigantescos que reinterpretan
sus principales obras arquitectónicas. Todos estos elementos atraen año
con año a miles de turistas.
París
Tomado de Flickr/ntalka
La ciudad, conocida como uno de los principales destinos para los
enamorados, se vuelve más especial en Navidad. Las principales avenidas,
como Campos Eliseos, se llenan de luces y es posible ver un árbol de
grandes dimensiones frente a la Catedral de Notre Dame. Además, el
espectáculo de fuegos artificiales sobre el río Sena hacen de esta fecha
algo inolvidable.
París se distingue por su arquitectura gótica. De hecho, la Basílica
de Saint-Denis es la primera que se construyó bajo este concepto en toda
Francia.
Durante muchos siglos, la ciudad se distinguió por sus calles
estrechas y callejones, pero las cosas cambiaron después de 1852, cuando
el Barón Haussmann ideó un plan urbanístico que demolió gran parte de
la ciudad, para conformar amplias avenidas alineadas con edificios
neoclásicos de piedra destinados a la nueva burguesía.
Nueva York
Tomado de Flickr/The Messenger Image
Conocida como la Gran Manzana, esta ciudad es una de las típicas para
pasar las fiestas decembrinas, pues desde mediados de noviembre las
luces blancas y azules adornan las principales calles, jardines y
parques. La gente patina sobre pistas de hielo al aire libre, las cuales
están en los lugares más públicos. También es posible ver cómo
encienden el árbol de navidad del Rockefeller Center, uno de los más
tradicionales del mundo.
Nueva York es una de las urbes más reconocidas por la modernidad de
sus construcciones, sobre todo por lo alto de sus rascacielos; tiene
alrededor de 4,493 edificios de gran altura, más que ninguna otra ciudad
del mundo. Además, sus edificios tienen diferentes estilos
arquitectónicos, como el Woolworth, de estilo neogótico, o el Chrysler,
de art decó.
En sus distritos residenciales destaca la piedra arenisca color marrón y el ladrillo, que era traído de las zonas aledañas.
Viena
Tomado de Flickr/Serbelloni
Durante la navidad, los comerciantes instalan mercados por toda la
ciudad. Las bajas temperaturas hacen que el agua de los estanques se
congele, por lo que el ponche caliente se convierte en una de las
bebidas de la época, además del que la gente consume vino, galletas y
castañas. Para despedir al Año Viejo hay muchas celebraciones formales y
de gala. Uno de los eventos más importantes es el concierto que ofrece
la Orquesta Filarmónica de Viena.
El Palacio de Shönbrunn y el Palacio Imperial Hofburg iluminan sus
representativos jardines con luces de todos los colores. Además, el
Ayuntamiento de Viena imparte talleres para niños en donde aprenden a
hacer sus propios regalos de navidad.
En la ciudad abundan los palacios aristocráticos, los cuales guardan
una arquitectura barroca que permanecen hasta la actualidad. Incluso,
tiene edificios diseñados por varios premios Pritzker, como el Haas-Haus, construido por Hans Hollein, quien fue el primer austriaco en recibir este galardón en 1985.
El Haas-Haus es uno de los inmuebles más emblemáticos del país y es
de arquitectura posmoderna. Fue construido entre 1985 y 1990. Tiene dos
fachadas: una de cristal y la otra formada por una estructura de
casetones (adornos huecos geométricos) de estilo romano.
Otras importantes construcciones de Viena son el Museo Albertina, la reforma del Hilton Viena, la Media Tower y el Centro de Arquitectura de Viena.
Río de Janeiro
Tomado de Flickr/alobos life
A diferencia de otras ciudades, en donde las temperaturas bajas
engalanan las fiestas decembrinas, en esta ciudad brasileña el calor es
algo que acompaña la Navidad y el Año Nuevo. En lugar de los
villancicos, la gente disfruta de sus paradisíacas playas, de la samba.
Durante la Nochevieja, los habitantes tienen la costumbre de cargar
pequeños barcos con regalos, pues es símbolo de buen presagio si la
marea se los lleva. Durante la Nochebuena se puede disfrutar de los
fuegos artificiales en las principales playas.
La arquitectura moderna de esta ciudad está desarrollada frente al
mar, mientras que la precaria está en las laderas de la zona. Entre sus
monumentos principales está El Cristo Redentor, levantado en 1926 en el
cerro de Corcovado; el Ministerio de Educación y Salud, considerado el
primer edificio moderno de oficinas en Sudamérica, y el Museo de Arte
Contemporáneo, que es una representación de su arquitectura futurista.
Moscú
Tomado de Flickr/asanova
Esta ciudad es lo más fiel a la representación de
una blanca Navidad: la gente pasea en trineo por el bosque, navegar por
el Río Moscova en un barco rompehielos o da paseos a pie por las calles y
plazas iluminadas. También esquía o hace snowboard.
Moscú tiene diferentes estilos arquitectónicos: renacentistas,
barrocos, pero también de arquitectura moderna. En el centro histórico
predominan los edificios prerrevolucionarios, cuya construcción data de
finales del siglo XIX y principios del XX. Las Siete Hermanas son los
siete rascacielos que existen en Moscú, llamados también rascacielos
estalinistas.
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