Sin capas rojas, sin lanzar telas de araña, sin dominar el fuego ni el hielo y sin Batmóvil, James Harrison puede presumir de haber salvado más vidas que todos los superhéroes de Marvel y DC Comics juntos. ¿Su poder? Tener un tipo de sangre concreto cuyo plasma contiene una serie de anticuerpos capaces de curar la incompatibilidad Rh, una severa forma de anemia que afecta a fetos y bebés. A eso sólo hay que sumarle una voluntad de hierro y unas ganas de salvar vidas que no le han impedido donar sangre cada dos semanas en los últimos 55 años. En total, más de 1000 donaciones que se han utilizado para curar a más de dos millones de bebés. Los superhéroes sí existen.
“He donado en Sunshine Coast, en South Australia, en Tasmania, en New South Wales… donde sea que vaya, busco una caravana para donar”. Son palabras del propio Harrison, que no ha faltado a su cita con las donaciones de sangre desde que tenía 18 años, aunque estuviera de vacaciones. Ahora, cumplidos los 74, este superhéroe australiano sigue luchando con su propia sangre para salvar la vida a miles de bebés.
Donante concienciado, poco después de sus primeras extracciones se descubrió que su sangre tenía un tipo de anticuerpos tremendamente extraño. En aquella época, muchos bebés australianos morían por culpa de la incompatibilidad Rh o nacían con daños cerebrales graves, así que James no lo dudó y empezó la noble misión de donar plasma, que ya dura más de cinco décadas. Es más, Harrison se sometió de forma voluntaria a una serie de tests para ayudar a desarrollar la vacuna Anti-D que se le da a mujeres preñadas que son Rh-negativo, origen de la incompatibilidad con el feto (que es Rh positivo).
Se calcula que James Harrison ha salvado la vida a unos 2,4 millones de bebés, entre ellos a su nieto, ya que su hija estaba aquejada de esta afección. No es de extrañar, pues, que sea conocido como The Man with the golden arm (El hombre con el brazo dorado) y que haya recibido una medalla al honor en Australia, donde estuvo nominado en 2011 a australiano del año. No ganó, pero al día siguiente estaba delante de la caravana, igualmente, dispuesto a seguir salvando vidas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario