Con el fin de encontrar el diseño más apropiado para el Planetario de Shanghái, el Museo de Ciencia y Tecnología de dicha ciudad organizó un concurso internacional de ideas, del que salió vencedor la propuesta de un estudio neoyorquino. El jurado no dudó en valorar la forma en espiral del edificio, en clara alusión al vínculo que durante siglos han tenido los chinos con la astronomía, y a su ambicioso programa de exploración espacial.
El diseño es moderno, dinámico, y tiene visión de futuro, destacando en él tres elementos: el óculo, la cúpula invertida, y la esfera. Su extenso programa se distribuye en una superficie de 38.000m2, en la ciudad satélite de Lingang, situada al sureste del distrito de negocios de Shanghái. El complejo dispone de jardines, salas de exposición permanente, un teatro planetario (esfera de 18 metros de diámetro), galerías temporales, una sala digital de 21 metros de diámetro, otra IMAX, un centro de educación e investigación, telescopio solar, así como campamento para observaciones. Tendrá que estar terminado para el 2018, y su construcción costará unos 85,8 millones de euros.
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