
Un laboratorio analizó ocho teléfonos elegidos al azar. Aunque en ninguno de esos teléfonos encontró rastro de la bacteria E. coli o estafilococos, todos los teléfonos mostraron cantidades anormalmente altas de coliformes, una bacteria que indica contaminación fecal: entre 2.700 y 4.200 unidades de bacterias coliformes en cada teléfono. En el agua potable el límite es de menos de 1 unidad por 100 ml de agua. [wst.com]
Así que en los teléfonos móviles no sólo se acumula
suciedad y grasa, sino que en ellos también viven microorganismos y
bacterias con el riesgo que puede suponer el contacto permanente con
ellos.
Incluso dejando de lado el asunto de las bacterias, mantener el móvil
o el tablet aseado es una cuestión de higiene, de imagen y de
comodidad. Obviamente es mucho más agradable mirar y utilizar un gadget
limpio que uno lleno de mugre y de marcas de grasa.
Sin embargo, los manuales de los teléfonos suelen dar poca
información sobre cómo limpiarlos adecuadamente. Normalmente se limitan a
recomendar utilizar un paño suave y seco. Y suelen desaconsejar el uso
de productos químicos o líquidos de cualquier tipo, especialmente
productos de limpieza doméstica.
La mayoría de las pantallas táctiles tienen un recubrimiento
oleófugo que repele buena parte de la grasa corporal que se transfiere
al teléfono cuando se toca con las manos o al colocárselo en la
oreja y en la cara. Y ese recubrimiento —que se va perdiendo con el
tiempo— puede desaparecer aún más rápidamente si se limpia con productos
ácidos o abrasivos.
Utilizar un paño de microfibras, seco o humedecido con agua, suele
valer para una limpieza superficial, pero no elimina bien la grasa y
desde luego no actúa contra las bacterias, por si lo consideras
necesario.
Una forma fácil de limpiarlos es utilizar toallas húmedas especiales que se venden para la limpieza de gafas y ópticas de cámaras de fotos. Suelen ser buenos desengrasantes y bastante suaves; y muy cómodas al ser desechables, de un sólo uso.
Los productos de limpieza de equipos de fotografía también se
encuentran en forma de espray. Se pueden comprar en grandes superficies o
en tiendas de fotografía. Funcionan bien y no son abrasivos. Pero no
hay que pulverizarlos nunca sobre el teléfono (el líquido puede entrar
en su interior), sino sobre un paño o en bastoncillos para los oídos,
adecuados para limpiar en recovecos, teclas y zonas complicadas; aunque
hay que tener cuidado porque suelen soltar fibras de algodón.
Finalmente, si te preocupan las bacterias y demás “fauna” que puede
estar viviendo en tu teléfono, lo mejor es recurrir al alcohol
isopropílico (mezclado o no con agua), que es más suave que el alcohol
etílico convencional (el que puedes encontrar en un botiquín), pero
igual de efectivo como desinfectante.
El alcohol isopropílico, además, es muy mal conductor de
electricidad, lo que reduce el riesgo de cortocircuito en caso de entrar
en contacto con partes electrónicas, se evapora muy rápidamente sin
dejar marcas y es muy efectivo eliminando la suciedad y la grasa.
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