El Panteón de Agripa



En el año 27 a.C. Agripa levantó un Panteón que fue destruido por un incendio en el año 80 d. C. Adriano mandó construir, sobre los cimientos del templo arrasado por el fuego, y en nombre de Agripa, un nuevo templo de cuyo proyecto se encargó el gran arquitecto del siglo I Apolodoro de Damasco.
El templo esta formado por un gran pórtico clásico y una enorme cella cilíndrica. El pórtico cuenta con dieciséis columnas monolíticas realizadas en granito egipcio y mármol blanco en las basas, que dividen el espacio en tres naves.

El Panteón hizo época: con la luz de su óculo cenital, de 8,92 m de diámetro, consagró para siempre en arquitectura aquella luz apacible y difusa del atrio de la casa itálica ancestral, que acendraba su encanto en las horas de los crepúsculos. Su efecto tranquilizante recibe el apoyo de una singular armonía de proporciones, que el visitante percibe aun sin saber el secreto. Cuando se le dice que la altura a que la cúpula se encuentra es exactamente la misma que el diámetro de la rotonda (43,30 metros) empieza a percatarse de que tenían razón los griegos al considerar que el secreto de la belleza sensible estaba en el número.


El pesado casquete de la cúpula descansa en el muro cilíndrico de la rotonda, de seis metros de espesor y que encierra todo un festoneado de bóvedas y de arcos de ladrillo que trasladan el peso del hormigón, de la masa muraria, a los puntos de mayor resistencia. El muro, a su vez, está sostenido por un anillo de cimentación de 7,30 m. de espesor, que después de hecho hubo de ser incrementado, como los muros hubieron de ser entibados, por el este y por el sur, con edificios anejos, aún en vida de Adriano. Las tres líneas de imposta, visibles por el exterior del cilindro, delimitan los tres sectores superpuestos que constituyen el verdadero muro, y en ellos los materiales de relleno se van aligerando de abajo a arriba. La distribución de las cargas permite que en el interior del cilindro puedan abrirse ocho nichos, uno ocupado por la puerta y los otros siete en alternancia de rectángulos y semicírculos, éstos en los extremos de los ejes y aquellos de las diagonales. Dos columnas, de pavonazzetto en los nichos semicirculares y de giallo antico en los rectangulares, cierran los respectivos vanos.

De cada una de las paredes de los macizos intermedios, revestidas de mármoles incrustados, de una fastuosa policromía, sobresalen edículas rematadas por frontones triangulares o de segmento de círculo. Entre este sector bajo el muro, y el arranque aparente de la cúpula, corría un ático con ventanas, que experimentó una sensible transformación en el siglo XVIII. Hace unos años se restableció, en un tramo de dos ventanas, el dispositivo original, conocido por dibujos, en el que las ventanas, cerradas por celosías, estaban separadas por cuatro pilastrillas que rellenaban el tramo intermedio. Cada ventana se encontraba en la vertical del eje del nicho o de la edícula correspondiente. Libres del entresuelo que hoy los cubre, los nichos llegaban entonces hasta cerca del arranque de la cúpula y recibían la luz indirecta que se filtraba por las ventanas. La pared era, pues, antiguamente mucho más diáfana que lo ha sido después, merced a esas ventanas superpuestas al zócalo de la franja intermedia.

Todo ello no pasaba de ser una fachada, bella e ingeniosamente concebida, con la doble función de ocultar todo el sistema de apoyos que mantenía en pie el edificio y de no romper con la tradición de la arquitectura arquitrabada: las columnas, las pilastras, las cornisas, todo, por superfluo que fuese (como superfluas son, pues nada sostienen, las hermosas columnas corintias de los vanos de los nichos) significaba continuidad y respeto al brillante pasado de la arquitectura, sobre todo de la flavia.


Era el Panteón el único templo existente en el Campo de Marte en el siglo I, y en él figuraba el nombre de Agripa.
La verdad es que hasta finales del siglo XIX no existieron dudas sobre la autoría del Panteón por Agripa.

De todos los edificios que Agrippa proyectó y edificó, el más importante, por su significado simbólico y sagrado fue el Panteón. Al igual que su maestro, Anaximandro, que escribió un tratado sobre la esfera celeste, Agrippa realizó este edificio como analogía a la esfera celestial. El edificio, de proporciones cósmicas, reproduce, en sus dimensiones, la esfera celeste en la que los siete astros o divinidades principales del panteón romano presencian las actuaciones de los hombres.



El edificio conjuntamente con las termas, la basílica de Neptuno, el estanque y el acueducto compusieron el conjunto de los edificios que Agripa erigió en el campo de Marte y según la inscripción existente en el frontón del pronaos el templo fue terminado en el año 27 a.C.

Las proporciones y la estructura del Panteón son representativos de la concepción religiosa de los romanos: la morada de los dioses, en la que Augusto pretende centralizar la gran variedad de cultos de la religión romana y que se presenta con una arquitectura de síntesis del cielo y de la tierra. "Como arriba es abajo; como abajo es arriba". Por eso el edificio tiene una planta circular cerrada por una cúpula. Tanto la altura del espacio interior de la cúpula como el diámetro de la pared circular de la planta son de 43,20 m. Si nos imaginamos completa la esfera que se inscribe en la gran sala circular y que determina la cúpula, tendríamos representado el globo celeste reposando en el suelo. La cúpula se apoya de manera estática sobre el cilindro que posee un radio de 21,60 m, la misma dimensión que el cilindro y su altura.



Tras una rehabilitación del edifico por el incendio, el emperador Adriano mandó escribir (de nuevo) en el frontón del pórtico de la fachada principal, la siguiente inscripción:
M.AGRIPPA L:F: COS TERTIVM FECIT
("Marcus Agrippa, hijo de la luz, lo construyó durante su tercer consulado").

Escribe Dio Cassius en Historia de Roma, Libro LIII:
Después de estos logros en las guerras, Augusto cerró el recinto de Jano, que se había abierto a causa de estas. Mientras tanto Agrippa engalanaba la ciudad, a sus propias expensas. En primer lugar, en honor de las victorias navales completó el edificio llamado la Basílica de Neptuno, donde añadió dando brillo, la pintura que representaban a los argonautas... También completó el edificio llamado el Panteón. Tiene este nombre, tal vez debido a que recibió, entre las imágenes del decorado, varias estatuas de dioses, entre ellos Marte y Venus, pero mi propia opinión de este nombre es que, debido a su techo abovedado, que se asemeja a los cielos.
Es este texto de Dio Cassius (155–229 d.C.), muy significativo al describir el Panteón de Agripa y su cúpula en el siglo III y no mencionar a ningún otro posible arquitecto.

El edificio contaba con siete ábsides donde se emplazaban los siete dioses principales del panteón romano, teniendo lugar destacado Marte y Venus, como protectores de la "Gens Iulia", las deidades ancestrales de la familia del emperador. Dicen las fuentes antiguas que de las orejas de la estatua de Venus colgaban unos pendientes realizados con perlas del tesoro de Cleopatra. En el pronaos del templo se erigieron estatuas de Augusto y Agripa como promotores del edificio, y la decoración del edificio fue realizada por Diógenes de Atenas. Plinio "el viejo" describe en su "Historia Natural" en el siglo I d.C. que fue Diógenes de Atenas, el autor de las cariátides y de otras esculturas del frontón del Panteon de Agripa, que no eran bien conocidas por encontrarse en una elevada posición. " Agrippae Pantheum decoravit Diogenes Atheniensis; in columnis templi eius Caryatides probantur inter pauca operum, sicut in fastigio posita signa, sed propter altitudinem loci minus celebrata." Plinio, NH XXXVI 38

El proyecto de Agripa construía la esfera celeste que Anaximandro ideo cinco siglos antes. Su geometría interna es la de una esfera que en su parte superior posee un oculus, o abertura circular, con un diámetro de 27 pies (8.20 m.), y como fuente única de luz para todo el espacio interior.


SECCION DEL EDIFICIO

La arquitectura del Panteón posee un simbolismo cósmico muy específico, esta geometría básica se referencia siempre a la imagen y semejanza del universo y el movimiento celeste.



Su nave, con cimientos de planta cuadrada y pavimento en damero, se transforma en un octógono inscrito en una circunferencia. "En la geometría plana, el círculo es símbolo del cielo y el cuadrado de la tierra, y el octógono intermedia entre uno y otro, y a través de él se logra la cuadratura del círculo, la unión indisoluble del espíritu y la materia"
Con la puerta de entrada existen además siete ábsides consagrados a las siete divinidades astrales (los cinco planetas de la antigüedad, el sol y la luna).
La cúpula, con sus exactas proporciones, representa la bóveda celeste. Y los cinco niveles del artesonado de la cubierta representan las cinco esferas concéntricas del sistema planetario antiguo.



Por último el "oculus" central, que domina el espacio interior y es la única fuente de luz de todo el edificio, representa admirablemente el sol durante el día y la luna durante la noche. La luz de ambos, la de la luna como reflejo solar, domina todo el espacio y lo recorre de manera cíclica. No olvidemos que el edificio se encuentra orientado a norte, permitiendo a través de un monumental gnomon (término que en griego significa "el que sabe") observar la mecánica del cosmos.
Durante el solsticio de verano, a la hora del medio día, la proyección del disco solar se presentaba con una deslumbrante presencia en la entrada del templo (que permanecía en sombra) y proviniendo desde el interior del edificio. Esta sorprendente presencia en el centro del pronaos se materializaba entre las imágenes de Augusto y Agripa, y presentaba al exterior una interesada escenografía de recuerdos antiguos.
El disco solar acompañaba en sus representaciones a los faraones en Egipto, y también a los dirigentes del imperio en su gobierno.

PLANTA DEL EDIFICIO

La intención de Agripa, como arquitecto, fue la de construir un edificio que permitiera comprender, a quien lo visitase, las tres partes de las que constaba la Arquitectura antigua, y que él mismo detalla en el capítulo III del Libro I de su tratado: "Partes ipsius architecturae sunt tres, aedificatio, gnomonice, machinatio" Tres son las partes de la arquitectura: la Edificación, la Gnomónica y la Mecánica.
Este santuario (edificación), dedicado a los siete dioses celestes, debía de reproducir a su semejanza el globo cósmico (gnomónica), y revelar al observador a través de un gran agujero en el centro de la cúpula, como este se convierte alternativamente como fuente de luz y de oscuridad en la tierra. (mecánica).

Además, es necesario en toda obra de Arquitectura la participación de la Mecánica.
Es la Mecánica la ciencia que comprende los efectos de la rotación cósmica y la presencia de la Luz en la tierra.

Escribe Vitruvio en su Libro X: "La mecánica en su conjunto se ha generado a partir de la misma naturaleza, bajo la guía y la dirección de la rotación cósmica. Así es, si consideramos y observamos el incesante movimiento del Sol, de la Luna y de los cinco planetas ( Es decir, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno como el mismo Vitruvio indico en el libro IX, 1, 5) comprenderemos que si no recorrieran sus órbitas de manera mecánica, sería imposible que tuviéramos Luz en la Tierra"

Designa Vitruvio a la mecánica un origen natural y cósmico, y por lo tanto para entender correctamente sus palabras debemos de ver a las máquinas como resultado de este origen, demostración en la tierra de la fuerza del cosmos, del orden del universo que tiene un principio divino. La mecánica según Vitruvio es una manifestación de la divinidad. ("el incesante movimiento del Sol, de la Luna y de los cinco planetas"). Y por ello no solo las máquinas pertenecen a esta ciencia, sino también su efecto, "el movimiento" es parte fundamental de sus preceptos.

El templo fue concebido como una cosmogonía, como un observatorio del cosmos, de ahí su orientación a norte, punto fijo de la bóveda celeste y que permite comprender la variación de las estrellas a lo largo de los días y las noches.


"Las horas harían su recorrido por el techo pulido tan cuidadosamente por los artistas griegos; el disco de la luz del día se reclinaría suspendido allí como un protector de oro; la lluvia formaría su piscina clara, abajo, en el pavimento, los rezos se levantarían como humo hacia ésa vacío donde colocamos a los dioses."


FACHADA DEL EDIFICIO



Es el Panteón la principal obra de arquitectura de la época romana, y en ella podemos observar aun hoy en día, la tríada que según el texto "De Arquitectura" compone la arquitectura antigua. (aedificatio, gnomonice, machinatio).

Después de más de 2.000 años, esta estructura única en la antigüedad, y con una bóveda que no fue superada en su dimensión hasta cientos de años más tarde, sigue mostrando la sabiduría de su autor:
Marco Agripa, maestro de arquitectos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

("Marcus Agrippa, hijo de la luz, lo construyó durante su tercer consulado") es hijo de Lucio no de la luz...
el artículo en si está muy bien pero eso le quita mucha seriedad