Las ventanas GlassX se caracterizan por combinar diferentes capas de vidrio con materiales de última generación, con el fin de controlar las ganancias térmicas y luminosas que incidan en el interior de las habitaciones, fortaleciendo de esa manera el punto más débil que tienen los edificios para el control térmico: las ventanas.
¿Qué tienen las ventanas GlassX para alcanzar el control térmico?
De entrada, una ventana GlassX es un gran elemento aislante ya que puede llegar a tener hasta cuatro capas de vidrio (templado de seguridad). El modelo más completo lleva embebido entre las dos primeras capas exteriores un difusor, diseñado para hacer que la mayoría de los rayos del sol en verano se reflejen, y pasen al interior en épocas invernales.
Entre las dos últimas capas interiores de la ventana puede haber un policarbonato con apariencia de persiana, que lleva un material de cambio de fase (PCM). El comportamiento de este PCM (hidrato de sal) difiere de la temperatura a la que se vea expuesto, de tal manera que con el calor se presenta cristalino y translúcido (transmite un 25% de la luz), y a bajas temperaturas se hace transparente (transmite más del 40% de la luz). Pero además, el calor que puede absorber durante el día lo va a ir liberando durante las horas más frescas por la noche, según se va enfriando.
Hay cuatro variantes de ventanas GlassX: crystal, comfort, comfort store, y prism. Esta distinción se hace dependiendo del número de capas de vidrio, y si lleva o no la capa difusora y/o la que contiene el material PCM. Lo lógico es crear combinaciones, como se puede ver en algunas fotos de edificios que tienen este sistema, que alternan paños que siempre serán transparentes (prism) con los que no (llevan PCM: cristal, comfort y comfort store).
El buen aislamiento, el control de la radiación solar, y el almacenamiento de ganancias de calor, hacen de las ventanas GlassX un excelente elemento constructivo en edificios que busquen un diseño pasivo solar.
Según cuentan en ison21, pueden llegar a tener un grosor de 8cm y pesar unos 100kg/m2. Evidentemente, unas ventanas de este tipo van a ser caras, entre los 455-790€ el metro cuadrado, pero la empresa asegura que el retorno de inversión se puede alcanzar en menos de diez años.
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