Lo sensible y racional de Mauricio Rocha |
Mauricio Rocha trabaja con un equipo de 15 arquitectos que realizan cerca de 20 proyectos al año. (Foto: Klint&Foto)
“La arquitectura no requiere un presupuesto alto o un gran terreno. Nosotros construimos espacios dignos con las posibilidades que nos ponen en la mesa los clientes”, sostiene Rocha.
Uno de los preceptos de este taller es que México es el lugar indicado para construir en esta época de crisis global, porque los arquitectos mexicanos están acostumbrados a manejar todo tipo de dificultades y a trabajar en esas condiciones.
Para Rocha, la arquitectura sobrepasa los siglos, de ahí que se declare admirador de la arquitectura atemporal y de aquellas obras marcadas por una serie de condiciones como espacio y luz, que son contundentes al experimentarlas y vivirlas.
El Taller de Arquitectura aprovecha los atributos tecnológicos y de comunicación que hoy en día están disponibles. De igual forma, utiliza tecnologías de construcción innovadoras y materiales tectónicos, en busca de transformarlos para ofrecer nuevas propuestas.
El Taller de Arquitectura arrancó el siglo construyendo obra pública en el Distrito Federal, algo que lo puso en la mira de muchos clientes, aunque el aprendizaje fue caro.
“En la obra pública llevamos nuestro trabajo hasta el final y demostramos que sí se puede dar seguimiento a la idea original para hacer una obra digna, porque había una mala costumbre de no seguir los planes y no respetar el trabajo del arquitecto”, relata Rocha, quien lamenta que muchos edificios públicos estén mal cuidados o alterados.
Hoy, Rocha regresa a sus orígenes con el tiempo suficiente para pensar y diseñar. “El trabajo se basa en meditar lo que hacemos para que tenga su mejor cualidad espacial y de vida”, dice el arquitecto.
Con esta iniciativa, Kalach ha trabajado con Teodoro González de León, Juan Cordero y Gustavo Lipkau, y considera que la rehabilitación del lago de Texcoco es uno de los proyectos más significativos para su despacho.
“Es muy importante para nuestra oficina porque pensamos que es importante para México. Éste es el tipo de proyectos que el país necesita”, comenta Kalach.
Para él, en la arquitectura del siglo XXI, a diferencia de la del siglo pasado, hay interés creciente por el medio ambiente, y por ser más sensibles al entorno, a la naturaleza y a hacer edificios “un poco menos impositivos”.
Considera que cada vez será más importante la iluminación y la ventilación natural, eficientar los materiales y tener una mejor orientación de las estructuras para mantener las temperaturas adecuadas para cada local.
Sin embargo, señala que, aunque la situación actual de la arquitectura mexicana se ha visto revitalizada por una nueva generación de arquitectos, existe un déficit de ingenieros.
“Hay muy pocos ingenieros civiles y estructuristas. Y en un país que no tiene suficientes puertos, aeropuertos y carreteras, necesitamos muchos más ingenieros, o arquitectos más sensibles a la ingeniería”.
Kalach enfatiza que México necesita planeación urbana y desarrollo de infraestructura. “Es el tipo de proyectos en donde los arquitectos deberían tener la cabeza”, comenta.
“Hay áreas enormes que no tienen agua potable, que no tienen calles, o que sufren de inundaciones”, agrega.
Kalach enfoca sus diseños en hacer una arquitectura directa y racional, en la que se preocupa por elementos como la orientación, el asoleamiento, la iluminación y la ventilación natural y por usar el menor número posible de materiales.
González de León abraza a la modernidad |
“Quien no lo hace así construirá una cosa simple y babosa. Una obra pequeña puede ser tan compleja como una gigante”, explica el arquitecto fundador del despacho que lleva su nombre.
“La arquitectura siempre va cambiando y yo trato de hacer lo mismo: me esfuerzo para evolucionar y no copiarme con mis obras”, revela González de León, quien se considera a sí mismo “un clásico”, que aplaude el empuje de las nuevas generaciones en el terreno arquitectónico.
Para él, la tecnología es la diferencia más importante en la forma en como se hacía la arquitectura durante la primera década de este siglo y de cómo se hacía en la anterior.
“El uso de computadoras y programas avanzados de diseño es lo nuevo. Yo trabajo con los diseñadores, pero no con las computadoras. Las maquetas, porque me permiten tocar y, de alguna manera, entrar en el espacio”, explica.
La visión de González de León sobre la arquitectura es meterse artesanalmente a la creación de espacios para el hombre, y no puede ser algo industrial.
En los últimos 10 años hubo un gran estallido en la arquitectura a nivel internacional y nacional. Pero la crisis económica, uno de los primeros problemas de esta década, ha detenido la arquitectura. “En México tenemos crisis cada sexenio, se frena el trabajo y eso no permite que un arquitecto siga trabajando para sacar mejores obras”, asegura.
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